lunes, 22 de septiembre de 2014

UNA PROMESA

Una pequeña habitación,
los pasos lentos del reloj
y una promesa.
Recuerdos de aquel viejo amor
que se perdió en la juventud
sobre la mesa.
Esa ventana y el sillón,
que fueron nido en el calor
de los amantes,
hoy son testigos del dolor
junto a ese vaso de licor
que el hombre bebe,
con la esperanza de encontrar
entre las luces del portal
la sombra de ella.
Y solo logra percibir
en el reflejo que el cristal devuelve
la cara vieja de un amor
al que la muerte convirtió
solo en fantasma.
Toma otra copa más,
olvida ya las fotos y las cartas,
que ya es la hora de soñar
con el reencuentro que esa vez
se prometieron.
Una pequeña habitación,
los pasos lentos del reloj
y una promesa…
P.S.

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