martes, 23 de septiembre de 2014

EL ÍDOLO DEL BARRIO

Pego Biglia y Tapón Regueiro
Todo barrio tiene su ídolo, y el nuestro no fue la excepción. Nuestro ídolo cumplía una doble función: de lunes a domingo a la mañana era el verdulero del barrio y el domingo a la tarde se convertía en uno de los mejores jugadores de fútbol que hayan pisado la Liga Mercedina. Estoy hablando de Roberto “Tapón” Regueiro. En los casi 40 años que viví en el barrio no recuerdo un solo día en que la verdulería de Tapón estuviera cerrada. Todos los días, metódicamente, alrededor de las 6 de la mañana Roberto empezaba a sacar los cajones de verdura a la calle para tener todo listo bien temprano. La ventana de mi pieza, en la casa de mis viejos, daba justo enfrente de la verdulería de Tapón, así que en pleno invierno, metido debajo de las frazadas podía escuchar el ruido de los cajones acomodándose en la vereda. Tapón es un tipo mas bien serio, de pocas palabras. Con “Lito”, el más chico de los Regueiro, compartimos parte de la infancia y la juventud por la cercanía en nuestra edad y la proximidad de nuestras casas, por lo que los domingos nos encontrábamos en la Liga: él iba a ver a su hermano y yo al ídolo del barrio.
El ritual del fútbol de primera en Mercedes en los años 80 contaba con tres partidos : 14 hs, 16 h y 18 hs. Yo comencé a vivir ésta historia de la mano de mi abuelo. Tenía apenas 10 años e iba con el viejo, temprano porque mirábamos los tres partidos, y nos sentábamos detrás del arco que daba a la antigua Fundición, con su emblemática “chimenea” desde donde miraban el partido los muchachos que no podían pagar la entrada. Detrás de ese arco no había tribuna, solamente tenía unos bancos de cemento como los de plaza contra el alambre y los demás tenían que mirar el partido parados. En los entretiempos y entre partido y partido, nos juntábamos un montón de pibes a patear atrás de la tribuna de la platea.
Tapón era marcador central. Cabeceaba muy bien a pesar de su estatura, y nunca vi un defensor que fuera tan difícil de superar por los delanteros. Hoy, a la distancia, puedo asegurar que Tapón era una especie de mezcla entre Passarella y Mascherano. Impasable.
Lo recuerdo con la camiseta de Gimnasia, la de Mercedes-Del Progreso y alguna que otra vez con la de Velez, ya que era costumbre que el equipo que salía campeón era reforzado con los mejores jugadores de los otros equipos para representar a Mercedes en el Regional Provincial, y en esa selección nunca quedaba afuera Tapón. Pero los mejores recuerdos de nuestro ídolo los tengo con la camiseta de la selección Mercedina. Allí formaba equipo con el “Chufo” Labín, “Palito” Díaz, los hermanos Sautú, el “Loco” Mazeo, “Pego” Biglia, “Mamón” Ballesteros, el “Canario” Biaggini y unos cuantos más de los grandes jugadores que en esos años abundaban en los clubes. Tengo un recuerdo imborrable de Tapón jugando en una selección mercedina junto al gran Roque Avallay, que durante algunos años deleitó a los mercedinos con su clase y su picardía, sobre todo a los que éramos hinchas de Velez.
Era una sensación rara que el mismo tipo que te hacía delirar en la cancha con su juego seguro y vehemente al otro día estaba del otro lado de un mostrador preguntándote “qué vas a llevar”. Creo que era el único lugar al que no le protestaba a mi vieja cuando tenía que hacer los mandados. En la verdulería de Tapón se respiraba fútbol. Los que iban a charlar no tenían otro tema que Boca y Mercedes. Había otra cosa que me unía al ídolo: la familia Regueiro estaba totalmente identificada con Boca Jrs para todos los mercedinos, por lo tanto cada vez que otro de los grandes salía campeón, era cosa mandada que la caravana se detuviera en la esquina de 32 y 41 para enrostrarle su campeonato a los bosteros. Cuando salía campeón Boca, la esquina se convertía en una fiesta.
Tapón jugó en la Liga hasta casi los 40 años…le sobraba categoría y estado físico, así que tuvimos la suerte de disfrutarlo mucho tiempo. La leyenda cuenta que fue tentado, junto a “Tito”Lucero para jugar en Boca pero que fruto de los años de bohemia optaron por un equipo de la Pampa. Yo me fuí del barrio -o no me fuí nunca, no sé- y mis últimos años de espectador en la Liga fueron viendo a mi amigo Nani San Pedro integrando un legendario equipo del Club Mercedes que por fin pudo darnos el título que tantos grandes jugadores no pudieron: campeones provinciales.
Hoy, casi 40 años después, nuestro ídolo sigue sacando los cajones a la calle a las 6 de la mañana. En la Liga se juega algo muy parecido al fútbol pero que no es fútbol. Cuando voy para la casa de mis viejos, miro para esa esquina y Tapón me levanta el brazo para saludarme. Automáticamente se me aparece su imagen en una de las áreas de la Liga levantándole el brazo al canario Biaggini para marcarle que si el córner viene ahí, festejamos todos.
P.S.

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