lunes, 22 de septiembre de 2014

AUSENCIA DE DOS

Me fui en la nube
del último cigarro
a otro país, a otro mundo.
Viajé por tus recuerdos
sin parar en los tristes,
conversamos bajo un árbol
como viejos amigos
sabiéndonos
tristemente ausentes.
No sé si eras vos o yo
el que lloraba;
tal vez fui yo,
ahora que recuerdo,
atado a la certeza
de que uno de los dos no estaba.
Sabe bien hablar con vos,
como un vino
oscuramente añejado
en los sótanos tristes
de las viejas casonas.
Caminamos, cansados
en el medio de un sueño
en una siesta vieja de la infancia.
No se cómo volví, ni cuando,
pero ya estaba solo;
no había charlas, sueños
ni caminos.
Traía una sonrisa dibujada
como única prueba del encuentro,
para esperar ansioso
tu próxima visita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario